martes, 27 de septiembre de 2011

Hay locura

Hay locura en las frases diseñadas
hay locura en las sonrisas alteradas
hay locura en las pieles acostumbradas
hay locuras en todas las a'adas

Hay locura en las cavernas del resentimiento
así como la hay en el abandono a lo mundano
o en el cobijo de lo divino,
hay locura en el ego del sofista que no sabe que decir

Hay locura en lo que se esconde por debajo de las ropas
y mas locura existe en las transmisiones que emite nuestra señal

Hay locura, en todo mi ser, no lo niego
hay locura y quizá un poco de culpa

lunes, 26 de septiembre de 2011

Estorbos

Hay entes que hablan lo suficiente. Creen tener las agallas para sacar sus proyectos adelante y creen tener gente por debajo de ellos. Que tristeza. Si tan solo se dieran cuenta como estorban y estropean el trabajo de los demás. Como aniquilan el amor que otros tienen por sus acciones. Que tristeza.

Sinceramente... devuélvanme mi alma

jueves, 22 de septiembre de 2011

Me quiero perder, me voy a perder

Detrás de las sonrisas, obras de artes, hay oscuras intensiones e imperios personales que se derrumban. Hay almas que se han vuelto escipiones y van conquistando su universo haciendo su roma mas fuerte y casi indestructible, lamentablemente, en el fondo se caen y se derrumban. Así que cuando conteste el teléfono, y mi sonrisa atraviese los kilómetros, cuando toque los cabellos de las personas que pasan y cuando juegue con las palabras riendo y observando con un ligero coqueteo...muy probablemente sea la penúltima vez.

Uno reincide en el vivir. La penúltima vez se repite tantas veces como la imagen del alma conquistada es capaz de aguantar.

Hay almas que se derrumban y entre tanto buscar entre escombros, piernas, sangre y el tiempo... se pierden... se pierden...y ya no le interesa a la razón seguir buscándolas y se acaba el juego. Adiós.

Hay quienes amenazan: me puedo ir mañana de este mundo; es la ultima ocasión que me ves; etcétera etcetera etcétera. Yo no me iba porque me daba temor no volverte a ver. Por eso mismo, días y días, limpie la cuerda, la cuide, le conté cuentos, le mentí, le di mil y un explicaciones de porque no nos podíamos besar al tiempo que le pedía que se quedara a vivir conmigo de todas maneras. Hoy...hoy me da lo mismo si nos volvemos a ver o no...ya sabes... mi ser tan bipolar y tu eterna necesidad de hacerme esperar por fin están en desacuerdo. Solo quiero que sepas que te quise...hasta la locura y en la locura y sobre mi locura.

A los demás, que por desgracia me lean les pido una disculpa, fiel a mi costumbre de disculparme hasta por existir, por haber tenido la desgracia de adentrarse en la intimidad de un completo extraño que creían conocer. Nadie se merece eso.

La penúltima vez quiero decir siempre, con miedo a que llegue la ultima, me aferro al capricho de mi ser...o me aferraba

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ausencia de Cocina- Capitulo 1

Las luces estaban a medio fluir, las velas encendidas, los platos listos para la bacanal y la mesa llena de ensaladas, guisos, postres, vinos y lo necesario para disfrutar de una noche llena de amor. Ella de solo ver la mesa estaba al borde del éxtasis. La boda había sido un éxito total. El escribidor que les redacto los votos matrimoniales había estado excelente, el padre comento abiertamente lo que significaba la primer cena hecha al marido y la importancia de este rito para instaurar una buena familia que se pudiera adaptar a la sociedad aun y cuando los hijos proviniesen de cualquier parte del mundo; el éxito en el matrimonio era, es y será la química que tengan los padres al comer, la habilidad de la madre en sus artes culinarias y que el hombre sepa como cocinar un buen plato cuando su señora lo requiera.  La novia se fue a la nueva casa, ya estaba todo preparado para que empezase a cocinar, saco los recetarios de cocina prohibidos, regalados por las primas y las amigas más atrevidas y de la cocina hiso lo que quiso. Su vida preparada para el acto apunto de consumarse. Su noche de bodas.

El, nervioso y con la experiencia única de haber probado huevos revueltos en salsa verde y tamales de puerco, clásico de las putas del barrio Nápoles; no tenia idea de lo que le esperaba. Le habían comentado de platillos inimaginables, sabores espectaculares y una intimidad que se gozaba de una manera demasiado profunda. Se fue con sus mejores amigos de juerga por los parques y avenidas. Se tomaron un par de cervezas, las suficientes como para no perder la compostura  y poder disfrutar con su paladar el acto del amor. Un cigarro, un tic nervioso en la pierna: por primera vez en su vida iba a hacer el amor. Su noche de bodas. Cuando la hora acordada se acercaba, el se despidió de sus compañeros de vida. Prendió el carro y avanzo lentamente por el camino que guiaba a su nueva casa. Iba lento, pensante, el corazón le daba vueltas y la sangre le subía, se le salía, daba vueltas y se alejaba del corazón para quitarle un poco de respiración. Su esposa le iba a hacer el amor.

Apago el carro, se puso su loción favorita, se bajo y cerro la puerta. Pasos lentos. Timbro, salió ella con un delantal de los mil colores y olores.  Lo recibió con una sonrisa y el ya sea por instinto o necesidad, la beso, sintió pena: no era momento para dejarse llevar por sus necesidades fisiológicas.
Las luces estaban a medio fluir, las velas encendidas, los platos listos para la bacanal y la mesa llena de ensaladas, guisos, postres, vinos y lo necesario para disfrutar de una noche llena de amor. De solo entrar el éxtasis le pinto la piel de ternura y amor.  El amor llego con el olor y siguió con el sabor de unos canapés de camarón con aguacates. Las salsas, los dips, aquellos condimentos que solamente las mujeres saben encontrar en estos tiempos actuales; todo era perfecto.
Siguió la cena pero detallarla seria entrar en la intimidad de los recién casados. Ella le hizo de cenar e inicio su matrimonio. Una historia feliz sin contratiempos.