Ahora dejame me engaño a mi mismo, entiendo que no soy de fiar (8)
En ocasiones la mentira atraviesa el alma, te distrae y te viola los principios. Sin pensarlo ya esta en tu boca. Luego, como juego de ajedrez, se vuelve enfermizamente atractiva. Una droga que no mata y parece no envenenar. Es un reto para la memoria. Cuando mientes, la memoria es tu compañera, aliada, amante, angel de la guarda; la memoria es la mujer con la que te acuestas y no te quieres casar mas nunca dejas de amar.
Es un juego donde solamente gana la soberbia, y aqui viene lo complejo: dentro del juego hay otro juego; uno tiene que volverse la soberbia si quiere triunfar. Es muy divertido y totalmente destructivo. Un juego real. Sin segundas oportunidades y sin atajos. Se miente y se miente y se recuerda y se recuerda.
Puede que los demas no entiendan este pequeño entretenimiento. Para los circulos sociales que incluyan al participante esto puede ser totalmente nocivo, para el actor, claro esta, es terriblemente divertido e hilarante.
El ser humano por naturaleza esta loco, nadie lo comprende y es un ente solitario. La mayoria aparenta lo contrario en el cuarto de su vida con cortinas como las amistades, parejas, grupos sociales, familia y demas cuadros de sociedad. Quien decide jugar este juego que no es un juego sino dos, es porque casi ha llegado al cenit de su razon y comprende que todo es una interseccion de cuartos llenos de ventanas que muestran a su habitante totalmente desnudo. Como hemos mencionado, estos habitantes cubren sus ventanas con cortinas: el miedo esta latente en su pecho y su sudor huele a cobardia.
Mentir es muy facil, hay cortinas cosidas con mentiras y hay ventanas que brillan de mentiras. Cualquier ser lo puede hacer: ahi tiene usted a los politicos.
Lo complicado es volverse la soberbia. Uno empieza a recorrer el camino a la soledad, se acostumbra al desden que causa la sola existencia de los demas en la motivacion personal.
Cuando uno logra volverse la soberbia el juego esta casi ganado ya que la soberbia nunca se equivoca y todo lo que dice uno es verdad. El unico riesgo es terminar creyendo todas las mentiras. Cuando eso ocurre, tenga por seguro que sus cortinas de mentiras ya han sido bordadas y colgadas en sus ventanas. Claro que si uno llega a ser soberbia y se esta consciente de que todo es mentira el juego esta ganado