Voy a ser muy sincero. Me duele la ausencia. Me duele la ausencia de lo que fui y de lo que jamas sere. La ausencia de mis decisiones. La ausencia de mi ser.
Sonreir. Alegria. Dedicatoria a pie de pagina.
Me duele ver como suceden las cosas. Que la gente se ponga el disfraz de actor de pelicula mundana. El yo.
Me cala demasiado el yo, aun y cuando sea un egocentrico.
¿Yo si puedo reprimir mi individualismo para aportar al colectivo y los demas se empeñan en exaltar su ser?
Mierda.
A veces la suavidad del escape me susurra que lo mejor seria escapar. Correr. Apartarme y darle a los demas la importancia que me dan: ninguna.
Irme a un bar cualquiera, pedir una cerveza y charlar con las penas que se respiren aun y cuando no sean las mias. Llegar a mi casa y reprimir mi egocentrismo para plasmar el sentir del universo en ese lugar y a esa hora.
A veces me duele no hacerles caso. Quedarme. Me estoy volviendo parte del sistema pero es necesario para dominarlo, transformalo y que otros cientos o pares de personas puedan vivir plenamente.
Me encanta y me duele como todos sonrien creyendo ser felices. Ingenuos. Que su alma los bendiga y los perdona.
A veces mis fantasmas me acarician el alma y me tocan el corazon; al menos alguien tiene piedad de mi.
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