Antiguamente se luchaba en cartas que tardaban días en llegar
en la plaza del centro frente a la iglesia a la vista de la mar
Antiguamente se guardaban los besos para la intimidad,
las manos que se tocaban eran afortunadas en llegar
Antiguamente una mirada bastaba para obsesionar mil noches
y un viaje convertia a un peon en una especie de Romeo/Hercules
Antiguamente el querer era querer y no piel disfrazada de palabras
y el amor era una mezcla de cariño, respeto, eternidad e inexplicabilidades
Antiguamente la palestra duraba años,
las escaramuzas eran pocas,
las heridas no piadosas,
antiguamente, claro esta
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