lunes, 28 de noviembre de 2011

Drogadictos de alquiler I

Me levante con el cuerpo ridiculamente adolorido, probablemente eran las cinco o seis de la tarde, habia unos tacones al lado de mi cama y el recuerdo de un baile que empezo con sabor a orgasmo y termino con sonidos de placer. Desconozco a donde se fue Laura o Martha, nunca recorde su nombre, pero me hice acreedor a unos zapatos de tacon que nunca use y que servian para espantar mujeres al despertar.

Desaproveche mi domingo pero seguramente habia valido la pena. Un regaderaso express, lentes de sol y por la ultima cerveza antes de que dejaran de vender para que las personas de cabellos y colores multiples no tomen hasta reventar y puedan ir como zombies a trabajar y sostener este sistema tan poco utopico que nos domina.

Una indio con clamato porfavor, sabe que, mejor traigame una cubeta llena y un tarro de clamato bien cargado porque luego dejan de vender, ¿no? Perfecto, ¿a que hora empieza el juego? Oiga ¿y usted a que hora sale de trabajar? Claro que me importa, si se va imaginese que haria yo aqui, la invito a cenar...¿que dice? Claro, le dejo de hablar de usted pero digame que si, ¿por cierto, como te llamas? Leticia es mi nombre favorito de mujer, ok, me parece bien, nos vemos pues en una hora.

Me tome la ultima cerveza, deje una buena propina y sali a fumar fuera del coche a esperar a Leticia. Como ya no vendian cerveza y por el encendedor que usaba me di cuenta de que era asidua fumadora a la mariguana. Por lo que despues de un par de preguntas no dude en sacar un porro y comenzar a fumarlo dentro del carro. La noche y la impunidad me protegian. Senti como le excito la manera tranquila y sublime en la que mi mano toco sus dedos al tomar el encendedor y la chispa de sus ojos cuando el primer beso de mis labios creo la atmosfera que yo deseaba. No me pidio ensegida, no quiso verse desesperada pero el agua ya se hacia oceano en su boca. Comenzo a preguntar cosas relacionadas con la droga, mi estilo de vida y a hablar de ella, sus razones, motivos y como la conseguia. Nos bajamos y entramos al departamento con la prisa despistada: el destino estaba abierto y los dados cargados. Saco de su blusa mas para fumar, la detuve, y la arrastrase hacia el armario con la mirada, abri la puerta y le dije con la sinceridad que se necesita para derrumbar de una frase todas las mentiras de la iglesia catolica: Hoy me voy a consumir ¿te quieres consumir conmigo?

Cuando Leticia sacaba el humo blanco de su boca sentia como si acabasen de elegir Papa nuevo en su ateo corazon. Me senti dios por esa noche y nos perdimos, nos encontramos, nos fascinamos, nos tocamos, nos exaltamos, nos renovamos, fuimos todo y eramos nada. Amanecio y me encontre enamorado de una drogadicta. La bese, resisti el impulso de prepararle un desayuno y tocarle los senos con amor. Abrio los ojos y rapidamente me dio un beso, se vistio en silencio, se volteo y con su dedo indice suavemente me toco los labios: No arruines el momento.

Camino. Camino. Y nunca la volvio a ver en ese restaurant.

2 comentarios:

  1. "la sinceridad que se necesita para derrumbar de una frase las mentiras de la iglesia católica." ¿really?

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  2. No es que no las haya, pero me gustaría que tu como católico (misionero y ex coordinador)no lanzaras un pseudo ataque a la veracidad de la Iglesia en un texto dirigido a un público no creyente.

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