viernes, 12 de agosto de 2011

Mis títulos I

El proceso de crear una pagina en blanco en un torbellino de situaciones y emociones es tan placentero como destructivo. Quien iba a pensar que mi pie derecho haría tanto ejercicio motivado por el ansia.

Tengo títulos que me comen las entrañas, que espantan el sueño que me quiere abrazar, lo asustan, lo corren, me obligan a pensar aun y con mi cuerpo y mente exhaustos. Tengo historias que me piden ser contadas, que me insisten, que me golpean, que me suplican y algunas que me obligan.

Pareciese que el cuerpo me quiere explotar, quieren salir por los pies, por mis brazos, por los dedos, por los ojos. Por todos lados menos por el amor.

El amor no las inmuta, ni las acompleja, siquiera les preocupa. Yo quiero contar historias de amor, romances y traiciones, novelas al mas puro estilo simplista y mediocre. Amores eternos en novelas y poemas de medio pelo. Pero mis titulos se resisten, quieren hablar de la sociedad, de la podredumbre, de los lideres caidos, de la soledad, del delirio, de los locos... como yo.

Me matan. Me sonrien. Ni se inmutan.

Es un placer el deslizar la pluma sobre el papel aun y con tato artefacto, hacer rayones, cambiar nombres, imaginar y ver frente a uno como suceden las historias. Es un placer delirante; pero cuando uno cuenta cosas tan profundas y los titulos dejan salir a los demonios del pecado original y de los que le siguieron, la vida de uno corre peligro: encontrar la verdad...



No hay comentarios:

Publicar un comentario